domingo, 27 de enero de 2013

Por favor, no se deje engañar

El País .Madrid

 

 

Récord de pacientes que rechazan la privada

E. G. S.
La lista de espera quirúrgica es una de las escasas estadísticas sanitarias que periódicamente —cada trimestre— hace públicas la Comunidad de Madrid. No incluye el porcentaje de intervenciones que se realizan en el sistema público y en el privado concertado, pero permite hacerse una idea sobre cómo han ido evolucionando las preferencias de los pacientes a lo largo de los años. Las cifras muestran una creciente resistencia de los ciudadanos a ser operados en el primer hospital que les ofrece la Consejería de Sanidad cuando les llama para darles cita. De los 52.628 pacientes en lista de espera en septiembre del año pasado —últimos datos disponibles—, 23.126 se encontraban en lo que Sanidad llama “espera tras rechazo de centro alternativo”. Un centro que, en muchos casos, es privado concertado. Suponen el 44% del total de pacientes que se encuentran en la lista. Es el mayor porcentaje registrado desde que se puso en marcha el plan de reducción de listas de espera que impulsó Esperanza Aguirre.
El sistema de lista de espera quirúrgica madrileña es enrevesado. En realidad, las listas son tres (ver gráfico). Cuando el paciente dice que prefiere que lo opere su médico, en su hospital público de referencia, Sanidad no lo incluye en la lista oficial, a la que llama “estructural”, sino que lo deja en una especie de limbo. Los enfermos que rechazan esa primera opción esperan, de media, siete veces más que los que se conforman con lo que Sanidad elige por ellos. En el primer caso, según los datos públicos, aguardan solo 9,6 días de media. En el segundo, 74,2. Más de 600 personas aguardan entre seis meses y un año.
La lista de “espera tras rechazo alternativo”, que supone ya casi la mitad del total (44%), no ha dejado de crecer en los últimos años. Cuando Aguirre puso en marcha el Plan Integral para la Reducción de la Lista de Espera Quirúrgica, en 2004, recién llegada a la presidencia, los pacientes que quedaban excluidos porque no aceptaban la primera opción eran apenas un 6% del total. En septiembre de 2008 ya eran el 33,5%; en 2009, el 36,4%, y ahora ya rozan el 50%.
A estas dos listas, la de los que rechazan la primera opción y la oficial, aún se suma una tercera, la denominada de pacientes “transitoriamente no programables”. Son los que están realizando las pruebas preoperatorias y aún tienen que ver al anestesista. En Madrid, a diferencia del resto de España, un paciente no entra en la lista oficial hasta pasar por este proceso, que dura unos 30 días. Es la letra pequeña del compromiso que formuló la presidenta. En realidad, menos de un tercio de los que en septiembre esperaban una intervención estaban en la lista que les garantizaba aguardar menos de cuatro semanas.

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