miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Y ahora que me pasa? La crisis asmática.

 
Hola! Soy Sergio. Tengo   alergia al polen. He empezado este año. Ayer hizo mucho aire por la tarde y por la noche estuve mal. Tuve  bastante tos.

Los ojos, con el colirio ya no me pican  y la nariz tampoco está mal, entonces?


El asma alérgico.

  Los síntomas que nos cuenta Sergio nos informan de la necesidad de auscultar, oír, como respira. Para ello los médicos usamos el fonendoscopio.

                                               Uno de los posibles  síntomas acompañantes de la rinoconjuntivitis alérgica es la aparición de sibilancias, “pitos”. Podemos notar dificultad para respirar “en el pecho”,  dolor en el pecho o sensación de opresión,  tos, sobretodo que aparece de madrugada o con el ejercicio físico, especialmente con la carrera al aire libre y  se puede desencadenar con días ventosos que movilizan el polen ya depositado en el suelo.

            Al ver al niño podemos observar el trabajo para respirar, se puede ver  el aumento del número de respiraciones,  y el uso de músculos adicionales: aprietan los músculos del abdomen,   se hunde  por debajo de las costillas y el espacio entre las costillas. Y si es más importante también se hunde el espacio por encima de las clavículas.

            En la auscultación podemos oír la limitación a la entrada al aire debido al estrechamiento de los bronquios, que se trasmite como pitidos o sibilancias,  o si está muy cerrado, se observa una disminución o ausencia de sonidos de la respiración junto con un gran trabajo respiratorio. Además en la evaluación mediremos como está oxigenando el niño. De esta forma indicaremos el tratamiento más adecuado.
Dentro del tratamiento usamos como primera medida medicamentos broncodilatadores. Como su propio nombre indica “dilatan el bronquio”. Existen en el mercado  2 esenciales: la terbutalina y el salbutamol, el que más usamos por su gama amplia de presentación, eficacia y seguridad. Se utilizan generalmente, en forma de aerosoles. De esta forma  van a actuar donde los necesitamos.

            Los aerosoles  pueden ser en polvo o en aerosol (p.ej el salbutamol o VentolínR) Para usar estos últimos  se recomienda utilizar cámaras de inhalación  adecuadas a la edad del niño. Si es un niño mayor se puede intentar que lo use directamente pero hace falta un buen entrenamiento y, a veces ni siquiera los adultos los utilizan correctamente.

            Estos medicamentos bien utilizados son  tan o más útiles que los medicamentos nebulizados o como se conoce habitualmente con máquina de aerosoles. Éstos últimos precisan una red eléctrica para  su uso y deberían  administrarse  siempre con oxigeno para evitar una crisis de hipoxemia  o de   bajada de  oxigeno.

Todas las Guías de tratamiento de las crisis asmáticas recomiendan iniciar el tratamiento  en los  cuadros leves con 2 ó 4 pulsaciones del aerosol separadas 30 ó 60 segundos cada una , en los moderados  con 6-8  y en los graves usar ya  10  pulsaciones o broncodilatadores  nebulizados. Se puede administrar cada 20 minutos, en total 3 tandas durante 1 hora. Es lo que conocemos como pauta de rescate.

Es importante agitar bien el aerosol antes de  cada  pulsación, y si usamos cámara de inhalación respirar a través de ella al menos 5 respiraciones eficaces.

El intervalo y la duración del tratamiento dependerá de la  dificultad para respirar  que presente nuestro paciente, así como la necesidad de  más medicamentos, generalmente corticoides orales.

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