La presión de la opinión pública generada en torno al nombramiento del exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Juan José Güemes como consejero de la empresa de análisis clínicos que gestiona los laboratorios de seis hospitales públicos de Madrid, un servicio privatizado por el propio Güemes cuando era consejero de Sanidad, ha tenido su efecto. Aun tratándose de un nombramiento legal desde el punto de vista jurídico, finalmente se ha impuesto la estética de la ética y Güemes se ha visto obligado a dimitir de su puesto de consejero de Unilabs apenas un día después de darse a conocer públicamente su nombramiento en dicha empresa. Según explicó ayer en una rueda de prensa no quiere que nadie le pueda atribuir "intereses es purios". "Creo haber obrado no solo respetando estrictamente la legalidad vigente sino también desde el punto de vista ético y, como dicen algunos, estético", señaló.
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